En la actualidad, la gran mayoría de los productos cosméticos que consumimos están producidos con ingredientes sintéticos, sin embargo, la cosmética natural, elaborada con ingredientes provenientes de la naturaleza, emerge cada día con más adeptos, convirtiéndose en una alternativa saludable y sostenible, en la que cada vez más personas confían, buscando una experiencia más autentica y de conexión con la naturaleza.
La piel: barrera protectora
Nuestra piel es el órgano más grande del cuerpo y desempeña un papel vital en nuestra salud y bienestar general.
Actúa como una barrera protectora contra el mundo exterior, reculando la temperatura corporal y nos permite percibir sensaciones como el dolor, mediante el tacto o la presión.
A pesar de actuar como una barrera protectora, también tiene la capacidad de absorber sustancias, y a mayor tiempo de exposición a estas sustancias, mayor será la absorción. Por ello, es importante ser conscientes de los productos que aplicamos sobre ella.
Existen estudios que han demostrado que algunos ingredientes sintéticos, presentes en los cosméticos tradicionales, pueden penetrar en la piel y acumularse en el organismo, generando posibles efectos adversos a largo plazo.
¿Qué es la cosmética natural?
La cosmética natural se basa en el uso de ingredientes de origen vegetal, como extractos de plantas; mineral, como arcillas, sales, etc.; o animal, como la miel o la cera de abeja, siempre que se obtengan de forma ética y sostenible.
Éstos, la sostenibilidad y la ética, son dos de los pilares fundamentales de la cosmética natural ya que se busca minimizar el impacto ambiental en los procesos de producción de estos productos, promoviendo prácticas sostenibles, por ejemplo, optando por envases ecológicos. Asimismo, la gran mayoría de empresas dedicadas a la cosmética natural no testan sus productos en animales.
Es evidente, por tanto, que en estos productos se evita la utilización de ingredientes sintéticos como parabenos, sulfatos, aceites minerales y fragancias artificiales, que pueden ser perjudiciales para la piel y la salud en general.
Uno de los beneficios directos que encontramos en la cosmética natural es que sus ingredientes son más respetuosos con la piel, reduciendo el riesgo de irritaciones, alergias y otros problemas cutáneos, siendo ideales para pieles sensibles. Un estudio publicado en el «Journal of the American Academy of Dermatology» reveló que las personas con piel sensible experimentan menos irritación y reacciones alérgicas al usar productos naturales en comparación con los sintéticos.
Cada vez más conscientes
El mercado de la cosmética natural y orgánica ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años y continúa en constante crecimiento. Según un informe de Grand View Research, se espera que el tamaño del mercado global alcance los miles de millones en los próximos años, reflejo de la creciente demanda de este tipo de productos más seguros y sostenibles.
Para velar que se cumplen los estándares de calidad y sostenibilidad en los que se basa la cosmética natural, existen diferentes certificaciones que garantizan al consumidor la calidad y pureza de los ingredientes.
Estas certificaciones son muy útiles para combatir la práctica del Greenwashing, es decir, aquella estrategia de comunicación empresarial dirigida a construir una imagen engañosamente positiva en términos de impacto medioambiental. El objetivo último de las empresas que aplican esta herramienta de comunicación es desviar la atención de clientes y sociedad en general del impacto medioambiental negativo de sus actividades.
Las certificaciones se utilizan como medio para verificar y autentificar la sostenibilidad de los procesos y/o productos de las empresas.
En esencia, la cosmética natural es un enfoque holístico que busca la belleza y el bienestar a través del uso de ingredientes naturales y practicas sostenibles.
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¡Reconecta con lo esencial!
