¿Cuántas veces hemos oído que antes de hablar de la casa de los demás, primero debemos mirar la nuestra? Por eso en este artículo vamos a poner el foco en nuestro hogar, en concreto, en los productos que usamos para limpiar y cómo nos afectan; y, al mismo tiempo, propondremos algunas opciones más saludables.
Cada vez que utilizamos un producto de limpieza estamos introduciendo sustancias químicas en nuestro hogar y, por extensión, en nuestro organismo y en el de las personas o mascotas que conviven con nosotros.
Cuando usamos un producto de limpieza introducimos sustancias químicas en nuestro hogar, nuestro organismo y en el de los que viven con nosotros
Los seres vivos interaccionamos con todo cuanto nos rodea, esto es, absorbemos sustancias del medio en el que nos encontramos a través del tacto, la respiración, la alimentación, etc. ¿Somos realmente conscientes de las consecuencias a largo plazo de esta exposición constante?
Existen diversos estudios en los que, tras analizar numerosas muestras de sangre y orina, se aprecia la presencia de altos niveles de sustancias tóxicas, relacionadas con enfermedades como el cáncer, con desequilibrios hormonales o problemas reproductivos y de desarrollo.
Muchas de estas sustancias las encontramos en los productos de limpieza convencionales que habitualmente usamos en casa, como pueden ser los ftalatos, el bisfenol A, benzofenonas, compuestos perfluorados (PFAS) o parabenos, entre otros…
Los organismos gubernamentales, como la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en los Estados Unidos o la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) en la Unión Europea, establecen regulaciones y normativas que especifican los límites máximos permitidos y los requisitos de etiquetado para los productos que contienen estas sustancias. Sin embargo, estos máximos se marcan sin tener en cuenta el efeto acumulativo de varias de estas sustancias provenientes de la exposición a diversos productos. Es decir, que solamente se considera la exposición a la cantidad de dicha sustancia del producto concreto que la contiene, sin valorar que en nuestro día a día consumimos o nos exponemos a muchísimos otros productos que también pueden contener dicha sustancia u otras, generando un “efecto cóctel”. Otros estudios de laboratorio han demostrado este “efecto cóctel”. En ellos se concluye que la exposición continuada a concentraciones bajas de muchas sustancias químicas procedentes de diversas fuentes da lugar a efectos combinados o aditivos.
Muchas de estas sustancias son consideradas disruptores endocrinos (EDC), esto es sustancias que alteran el sistema hormonal y están relacionadas con la aparición de enfermedades reproductivas, cáncer, tiroides, obesidad y/o diabetes.
Como hemos dicho, los organismos gubernamentales establecen la dosis máxima de estas sustancias a la que resultaría segura su exposición, pero en muchos casos sin estudios científicos serios que los avalen. Por tanto, podemos decir que no hay límites seguros y la exposición a estas sustancias debería ser nula. Sin embargo, las encontramos en multitud de productos que usamos de forma cotidiana como cosméticos, higiene personal, productos de limpieza (como es el tema que nos ocupa), e incluso en ciertos alimentos y hasta en la ropa.
A continuación, te dejamos un listado de los químicos más comunes y algunos de los productos que los pueden contener:
⦁ Parabenos: los podemos encontrar en champús, acondicionadores, geles, lociones corporales, cremas, desodorantes, pastas de dientes, protectores solares, labiales, máscaras de pestañas…
⦁ Antibacterianos: Triclosán: los podemos encontrar en jabones, limpiadores multiusos, desinfectantes, detergentes, pastas de dientes, colutorios…
⦁ Compuestos perfluorados o polifluorados (PFC) o sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS): presentes en suavizantes, abrillantadores de suelo, productos de limpieza para alfombras…
⦁ Ftalatos: se encuentran en perfumes y aromas o ambientadores…
⦁ Ácido clorhídrico: lo contienen limpiadores de inodoros y antióxido…
⦁ Hipoclorito de sodio (lejía): se trata de blanqueadores, desinfectantes…
⦁ Amoníaco: presente en multiusos, desinfectantes, limpiadores para vidrio…
Protege tu hogar y tu salud con productos saludables y ecológicos
La mayoría de las sustancias anteriormente mencionadas pueden provocar, en el corto plazo, en los casos más leves, irritación de la piel y los ojos, alergias, problemas respiratorios debido a la inhalación de vapores, y, en los casos más graves de intoxicación, pueden provocar vómitos o incluso daños en órganos internos. Y, a largo plazo, la ciencia los relaciona con el desarrollo de problemas hormonales, daño neurológico o incluso cáncer. Por ello, si quieres mantener tu casa limpia de forma segura, te proponemos sustituir los productos convencionales por los productos específicos de limpieza del hogar que encontrarás en nuestra sección de Hogar, elaborados con ingredientes biológicos y naturales que respetan el medio ambiente y cuidan de tu salud, de la mano de reconocidas marcas como La Corvette o Ecover.
Otra opción, si dispones de algo de tiempo, es preparar tú mismo algunos productos utilizando una base de vinagre de limpieza, bicarbonato de sodio o limón. En el siguiente enlace dejamos la receta publicada en nuestra cuenta de Instagram por si le queréis echar un ojo.
¡Limpieza segura y sostenible: la mejor opción para tu hogar y el planeta!
